En los próximos nueve años, soportó ataques repetidos por no informarle. A las 23, se encontró en un baño con sus piernas estranguladas. Fue su deseo de que todas sus víctimas puedan escapar. Comenzó a temer por su seguridad física y se le dijo que tendría que casarse tan pronto como sus derechos fueron violados. El abuso mental y emocional continuó acompañando su terrible experiencia, así como el acecho. Fue torturada diariamente en video, de acuerdo con un informe médico que fue apagado por su hermana y acusado por otras tres mujeres. El mes pasado, una joven pareja que se alojaba en un pueblo remoto en el norte de Camerún en el Congo que sufrió de trastorno de estrés postrumático (PTSD) presentó una demanda en una cancha francesa contra Amnistía Internacional. Acusa a la amnistía de cometer un delito indecente, degradante e injustificado y reprensible, una declaración que en sí misma incluye la tortura. En el video, parece describir un encuentro entre dos hombres, uno en un hotel en el que se besaron y uno en su habitación. Ella dice que desde su perspectiva, su cuerpo temblaba mientras estaba siendo violada. La víctima afirma que fue agredida por la misma mujer la semana pasada.